miércoles, 14 de octubre de 2020

Teoría Humanista - Carl Rogers

Karl Ransom Rogers más conocido como Carl Rogers, fue un psicólogo estadounidense, iniciador, junto a Abraham Maslow, del enfoque humanista en psicología. Un estudio realizado entre psicólogos estadounidenses y canadienses en 1982 lo situó como el psicoterapeuta más influyente de la historia.

(8 de enero de 1902, Oak Park, Illinois, EEUU 4 de febrero de 1987 California, EEUU)

Su teoría es clínica, basada en años de experiencia con el trato directo a pacientes. Su teoría es amplia, lógicamente unida y con posibilidad de aplicación. Lo primero es que Rogers considera a toda persona como buena y sana, o por lo menos, no la considera mala o enferma. En otras palabras explica que la salud mental en una progresión normal de la vida de la persona, mientras que la enfermedad mental, como por ejemplo la criminalidad, son distorsiones de la tendencia natural del hombre. 

Su teoría está basada en una fuerza de vida, que llama tendencia actualizada: es la base de la construcción de la motivación presente o actual en la persona, con el fin de desarrollar todas sus potencias hasta donde sea posible. Rogers piensa que todas las personas intentan dar lo mejor de sí mismas, lo mejor de su existencia, y que si fallan no es con intención o con el deseo de hacerlo. Carl Rogers explica que cada cosa viviente en la naturaleza intenta dar y/o hacer lo mejor de sí misma.

Teoría de la Tendencia actualizante


Hace referencia a que todo organismo tiene una tendencia inherente a desarrollar todo su potencial de tal modo que se vean favorecidos su conservación y su enriquecimiento. Tiene como efecto dirigir el desarrollo del "organismo" de forma autónoma y en sentido de la unidad, manifestándose en su totalidad.

Es considerado como el postulado fundamental de la Teoría de Rogers. Está relacionada también con el concepto de motivación, en tanto que ésta se refiere a la reducción de necesidades, tensiones y pulsiones.


Dentro de este concepto también abarca la tendencia a la actualización del yo, pues, como estructura del organismo, también es susceptible de esa actualización. Cuando hay un acuerdo entre la experiencia del yo y la del organismo, la tendencia actualizante opera de modo relativamente unificada.

La teoría de Rogers está construida a partir de una sola “fuerza de vida” que llama la tendencia actualizante. Esto puede definirse como una motivación innata presente en toda forma de vida dirigida a desarrollar sus potenciales hasta el mayor límite posible. No estamos hablando aquí solamente de sobrevivencia: Rogers entendía que todas las criaturas persiguen hacer lo mejor de su existencia, y si fallan en su propósito, no será por falta de deseo.

También explica Rogers que los organismos saben por naturaleza lo que es el bien. La evolución ha provisto a la persona de los sentidos, y además, de ser capaz de discriminar lo que necesita o requiere. Por ejemplo cuando el hombre tiene hambre, encuentra comida, pero no cualquier comida, sino una que le sea grata, que le guste, no que se encuentre en estado de descomposición o que sea poco saludable. A lo que la evolución ha hecho de la persona, Rogers lo llama valoración del organismo

Entre las muchas cosas que la persona, por instinto, valora está el respeto o la atención positiva: como el amor, el afecto, etc., pues es claro que un bebé sin esto, puede llegar hasta morir

Por otro lado se encuentra el respeto positivo hacia uno mismo, es decir que es la autoestima, el reconocer el valor propio o saber que se tiene una autoimagen positiva. Esto se obtiene a través del crecimiento o desarrollo de la infancia de la persona, en donde los demás le enseñan o muestran cómo adquirirlo. Si no se aprende lo positivo, la persona se siente insignificante, poco atendida, poco valorada y pierde la oportunidad de convertirse en lo que realmente es capaz; es decir que no logra actualizar sus potencialidades correctamente. 

También la sociedad ha permitido que se condicionen los asuntos de valor, es decir que mientras el individuo crece, los padres, familiares, maestros, medios de comunicación, etc., se encargan de condicionar lo que dan a la persona. Por ejemplo, se da un dulce o un premio cuando se termina una tarea; se le proporciona afecto a la persona, siempre y cuando se comporte correctamente o como lo esperan los mayores

Por otra parte dice que cada persona tiene un ser real y un ser ideal: 
  • Ser real: es el que surge o se funda en la tendencia actualizada, que sigue a la valoración del organismo y que necesita y es capaz de recibir el respeto o la atención positiva propia y ajena; es el "yo", que si todo sale bien, la persona llega a convertirse en él. 
  • Ser ideal: es lo que no es real, lo que se podría esperar que la persona llegara a ser, pero que no logra por las trabas que la sociedad condiciona; por forzar a la persona a vivir con condiciones impuestas. 


Incongruencia


La parte nuestra que encontramos en la tendencia actualizadora, seguida de nuestra valoración organísmica, de las necesidades y recepciones de recompensas positivas para uno mismo, es lo que Rogers llamaría el verdadero yo (self) . Es éste el verdadero “tú” que, si todo va bien, vas a alcanzar.

Por otro lado, dado que nuestra sociedad no está sincronizada con la tendencia actualizante y que estamos forzados a vivir bajo condiciones de valía que no pertenecen a la valoración organísmica, y finalmente, que solo recibimos recompensas positivas condicionadas, entonces tenemos que desarrollar un ideal de sí mismo (ideal del yo) . En este caso, Rogers se refiere a ideal como algo no real; como algo que está siempre fuera de nuestro alcance; aquello que nunca alcanzaremos.

Otro concepto de Rogers son los mecanismos de defensa, en donde en una situación de incongruencia entre la propia imagen y la experiencia inmediata de la persona se le presenta una situación amenazadora. Por ejemplo, si a una persona se le ha enseñado a sentirse poco valorada cuando no obtiene 10 o la mejor calificación posible, y como consecuencia no se siente un buen estudiante, entonces cuando se enfrenta a un examen, dicha incongruencia aflora y se convierte en amenazadora.

Para Rogers, existen dos mecanismos de defensa, mismos que se consideran en el nivel perceptual, es decir que surgen de la senso-percepción, que no son analizados por la mente humana en realidad: 
  1. Negativa: negación, denegar, que es bloquear la situación amenazadora. Por ejemplo, alguien que no va por los resultados de su examen, para no tener que enfrentar las bajas calificaciones. También se puede entender como reprimir la situación amenazadora, como dejarlo en el olvido aparentemente. 
  2. Distorsión perceptual: es reinterpretar la situación para que la persona se convenza a sí misma de que no es tan amenazadora como parece. Por ejemplo, alguien que se siente amenazado ante los exámenes o las calificaciones, puede decir que el profesor no enseña correctamente, que hace preguntas capciosas, que tiene mala actitud o voluntad, etc. 

 Funcionamiento completo


El funcionamiento completo fue el término que Rogers utilizó para describir a la persona sana y comprende de las siguientes cualidades
  1. Abierta a la experiencia: es lo opuesto a estar a la defensiva. Es la percepción correcta de las experiencias personales, sin verlas distorsionadas. Es decir, es aceptar la realidad y los sentimientos, para no confundirlos con las ansiedades. Es ser objetivo y no subjetivo. Ser capaz de vivir las experiencias a cada instante. 
  2. El vivir existencial: es el vivir el aquí y ahora. Insiste en estar en contacto permanente con la realidad, por lo tanto, el pasado ya se fue, y el futuro aún no llega. El presente es lo único real que la persona tiene. El pasado supone recordar y aprender, es todo; por lo tanto no se debe soñar con el futuro, pues se pierde contacto con la realidad. 
  3. Confianza orgánica: la persona debe permitirse ser guiada por el proceso de valoración orgánica. La persona debe confiar en lo que sus sentimientos le dicten, en lo que sus sentimientos le guíen de forma natural. (Esto es un verdadero riesgo o peligro en la teoría de Rogers, pues la gente lo interpretó como "haz lo que quieras y sé feliz"; si eres masoquista, daña a la gente o a ti mismo; si el alcohol y las drogas te hacen feliz, ve hacia ellos; si estás deprimido suicídate. Estos no son grandes consejos, por el contrario, dañan de raíz a la naturaleza humana, de hecho, muchos de los excesos que se cometieron en los 60´s y los 70´s, estaban inspirados en la teoría rogeriana. Sin embargo, cabe mencionar, que la intención de Rogers no era ésta, sino que más bien la gente tendiera a que por naturaleza se dirige al bien, pero perdió de vista que también, por naturaleza se tiende al mal). 
  4. Experimentar la libertad: Rogers pensaba que daba lo mismo o que era irrelevante si la persona tenía deseos de ser libre, pues como la persona se maneja a través de sus sentimientos, no había mayor trascendencia en libertad. Sin embargo, hasta cierto punto, la persona está determinada, es decir, no es libre totalmente, pues por ejemplo, por más que estire los brazos e intente volar, no lo va a lograr. En pocas palabras, la persona es libre, de acuerdo a lo que su naturaleza le permite y si se es una persona altamente funcional, se es capaz de responsabilizarse por sus acciones. 
  5. Creatividad: si la persona se siente libre y responsable, actúa en concordancia y participa de lo que el mundo le ofrece. Una persona altamente funcional, en contacto con su aquí y ahora, se siente obligada, por su propia naturaleza a contribuir ala actualización de otros, de los demás, y por supuesto, de sí misma. Esto se puede lograr a través de la creatividad en las ciencias y las artes, también por medio de ayuda social y del amor paternal, o simplemente haciendo lo mejor o dando lo mejor de sí en el trabajo.

Terapia

Carl Rogers es más conocido por las aportaciones hechas en su terapia. Originalmente su terapia se llamó no dirigida, por que pensaba que el terapeuta no debía guiar a su cliente, sino que simplemente, estar presente mientras el paciente dirigía su propio progreso terapéutico. Con el paso de los años y de la experiencia, se da cuenta que a pesar de no participar directamente en la curación, influía en las decisiones del paciente; en otras palabras, el paciente busca al terapeuta como guía de su cura y se encuentra a dicho terapeuta ahí, para cuando se le necesita, y eso ya influye.

Por tal motivo, Rogers cambió el nombre de su terapia a Terapia Centrada en el Cliente (psicología personalista). Pensaba que el paciente era el que tenía que decidir qué es lo que estaba mal, encontrar formas de mejorarlo y determinar la conclusión o el fin de la terapia. En la actualidad, dicha terapia todavía se utiliza y también se conoce con el nombre de Terapia Rogeriana

Carl Rogers explicaba que su terapia era de sustento o de soporte, y no de reconstrucción. Esto lo explicaba a través de un ejemplo: cuando se le enseña a una persona a andar en bicicleta, no sólo se le explican las bases o la forma de ejecutar dicha acción, sino que además la persona que está aprendiendo tiene que practicar la teoría explicada, ponerla en práctica por ella misma. Además, quien enseña no puede sostener a la persona todo el tiempo, llega un punto en el que se le debe dejar ir, permitir que se vaya solo, si la persona se cae, pues se cayó, y se recuperará, pero si se le sostiene todo el tiempo, no logra aprender.

Al acercamiento que el terapeuta puede hacer con sus pacientes se llama reflejo, y consiste en que el terapeuta solamente debe hacer notar al paciente que es el espejo de sus sentimientos, en pocas palabras que lo está escuchando. Por ejemplo, si el paciente dice: "me siento perdido, soy un tonto"; el terapeuta puede reflejar dicho comentario contestando "¿entonces la vida te está provocando que caigas, verdad? A través de estos sencillos comentarios, el terapeuta hace notar que se está comunicando con su cliente, que lo está escuchando y que se preocupa por entender las situaciones problemáticas de su cliente o paciente

Como conclusión de lo anterior, Rogers dijo que para ser un terapeuta eficiente, se requieren algunas cualidades especiales: 

  • Congruencia: ser genuino, auténtico, y honesto con el cliente.
  • Empatía: tener la habilidad de ponerse en los zapatos del cliente; de sentir lo que el cliente siente.
  • Respeto: aceptar de forma incondicional ayudar al paciente de forma positiva, es decir que el paciente se dé cuenta de que necesita escuchar de sí mismo cosas positivas, a pesar de que tenga problemas y de que diga lo que diga, se le acepta

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